
Cruz del Monte Aloia (Tui), levantada en el año Jubilar de
1900. Desde este punto se observa una extraoridnaria panorámica hacia el
valle del Miño

A la izquierda la ciudad portuguesa de Valença a la que se
llega cruzando por el puente internacional

Puente internacional da "Amizade", que une Goián (Tomiño)
con la portuguesa de Vila Nova de Cerveira

Cavallos salvajes en Pinzás (Tomiño)

Puente sobre el río Tamune, en O Rosal

Festa dos Cabaqueiros (tejeros, que también hacían
ladrillos), en O Rosal

A Guarda, en la parte gallega, y Caminha, en la
portuguesa, se comunican a través del ferri Santa Rita de Cassia, que sale
de la ribera Española todas las medias 'de hora", y viene de Caminha, a las
horas en punto

Pico de San Francisco, en el monte Santa Trega (A Guarda).
Desde esta altura, a 341 metros sobre el nivel del mar, se observa una de
las más hermosas panorámicas que sorprenderá al visitante: la desembocadura
del río Miño, Portugal y el puerto pesquero de A Guarda

A Guarda, el monte Santa Trega y el puerto pesquero. Al
fondo, el río Miño y Caminha (Portugal)
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Hórreo en Oia

Atardecer en Porto dos Barcos (Oia) |
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La
comarca del Baixo Miño está constituida por cinco municipios, cuatro de
ellos ribereños con el río Miño (Tui, Tomiño, O Rosal y A Guarda), y tres
bañados también por el Atlántico (A Guarda, O Rosal y Oia).

En el centro, abajo, monumento a los peregrinos. En
Tui comienza el Camino Central Portugués que va a Santiago. En la parte
superior la catedral-fortaleza de Santa María
Tui fue una
de las siete capitales de Galia y es ciudad señorial que conserva un
extraordinario patrimonio medieval. Unida a Valença do Minho, por dos
puentes, en su rico patrimonio destacan, sólo por citar algunas referencias,
la catedral de Santa María; la iglesia de Santo Domingo; el Museo Diocesano
y el Parque Natural del Monte Aloia.
Por Tui pasa
el Camino Portugués Central y, para acoger a los peregrinos, dispone de un
albergue en las proximidades de la catedral.
Tui es una
ciudad sobre todo comercial a la que acuden, por esa proximidad que concede
el viejo puente internacional, muchos vecinos portugueses.

Petroglifo de la
Edad de Bronce en el Monte Tetón
En Tomiño
creció espectacularmente el sector agrícola ligado a la producción de frutas
(como el kiwi) y la flor.
Entre sus
monumentos mencionamos la iglesia románica y los petroglifos del Monte Tetón,
considerados como “la capilla Sixtina” de las insculturas al aire libre.
Dispone de
extraordinarios parajes naturales, como Pinzás, que posee una riqueza
herpetológica envidiable.
La “Ponte da
Amizade” une, atravesando el río Miño, a esta localidad con la vecina
portuguesa de Vila Nova de Cerveira, con la que Tomiño estrecha, cada vez
más relaciones, de toda índole.

Parte del
conjunto etnográfico del complejo de molinos de Picón-Folón, declarados Bien
de Interés Cultural
A O Rosal se
le conoce como el Jardín del Baixo Miño. Un microclima propicio ha
convertido al viñedo en la producción más destacada de este municipio que
ofrece sus premiados y exquisitos vinos albariño y rosal, amparados en la
Denominación de Orixe Rías Baixas.
Dispone de un
rico patrimonio etnográfico representado por los Muíños do Folón que no
dejan de sorprender a nadie. La visita al interior de la iglesia de Santa
María nos depara un soberbio retablo del barroco portugués.
Entre sus
fiestas mencionamos la Feira do Viño, un homenaje anual a los viticultores
que se promueve en el mes de julio y que recibe más de 30.000 visitas. De
carácter etnográfico es la Festa dos Cabaqueiros (12 de octubre), dedicada a
un oficio desaparecido a mediados de los años sesenta del siglo pasado: la
de los tejeros que se iban a Castilla y a otras comunidades, que crearon una
jerga propia para que los patronos no supiesen de qué hablaban entre ellos.
El 12 de octubre se recupera el oficio y se puede ver en la Praza do
Calvario a los cabaqueiros produciendo tejas y ladrillos artesanalmente.

Ruinas del castro
galaico-romano (s. I a.C. al s. I d.C.) de Santa Trega
A Guarda es
una localidad eminentemente marinera. Posee la mayor flota palangrera
dedicada a la captura del Pez Espada y su flota de bajura hace posible que
en sus restaurantes se ofrezca el pescado recién capturado, sin olvidarse de
que esta localidad es la “capital de la Langosta” con fiesta propia en julio,
y dueña de un postre tan exquisito como la “rosca de yemas”.
Junto con la
pesca, el turismo es otra importante fuente de ingresos. Referencias para el
visitante son el Monte de Santa Trega, con uno de los castros escavados
mejor conservados y de mayor tamaño. Miradores naturales posee este monte
capaces de sorprender a quien llega por primera vez al Pico de San Francisco
y al de O Facho por las ànorámicas únicas que ofrece.
En el
Estuario del Miño dos observatorios permiten disfrutar de un enclave
privilegiado al que llegan en el otoño-invierno, huyendo de los fríos de
norte, unas cincuenta especies de aves acuáticas diferentes.
A Guarda
trata de recuperar el valor que tiene el senderismo y el ayuntamiento trazó
distintas alternativas como la Ruta de las Casa Indianas, la Ruta de Os
Moxóns, la Ruta Urbana y el Camino Portugués por la Costa.

Oia es la
villa monasterial. Posee el único monasterio cisterciense a orillas del mar,
aunque en ruinas y esperando la voz que le diga, como a Lázaro “levántate y
anda”.
En Oia son
famosos los curros de A Valga, Mougás y Torroña. En los montes de A Valga,
donde este municipio posee uno de los valores naturales más importantes,
pastorean con las crines al viento, sin conocer riendas que los aten, y
trotando con toda libertad, las manadas de caballos salvajes. Posee un
importante número de grabados rupestres de la Edad del Bronce.
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